En nuestra redlideco existe siempre un stock de información vigente (antigüedad menor a tres meses) sobre las empresas de plaza. Para acceder a ella, existen distintas opciones.
La información comercial disponible en LIDECO para la toma de decisiones de negocios abarca un gran espectro de datos que se presentan agrupados con diversos criterios, apuntando, en términos generales, a atender los requerimientos de las distintas etapas del crédito o de la realización de otro tipo de relacionamiento comercial.
Retomando lo planteado en nuestro comunicado 47 del año 2009 sobre “Empresas obligadas a inscribirse en el Registro de la Ley 18.331 y el Decreto 414 / 009” recordamos las nuevas obligaciones que se han impuesto en la materia.
Ciertamente la información comercial resulta un insumo clave en la toma de decisiones empresariales, por lo que el manejo de la misma requiere una regulación específica, comprensiva de las particularidades del fenómeno crediticio.
Quienes plantean las bondades del reemprendedurismo, conciben al fracaso como parte del juego y como un acervo de experiencia que neutraliza falencias en segundos intentos.
En estos días, el ámbito empresarial nacional se ha visto sacudido por invocaciones a la intervención del órgano de aplicación de la competencia (Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia) presidido por el Ec. Sergio Miltnisky.
Es materia frecuente de los foros concursales escuchar la prédica sobre el levantamiento del estigma que pesa sobre los empresarios que han estado envueltos en un procedimiento concursal.
La siembra se realiza en un tiempo y la cosecha en otro. Por obvio que resulte lo anterior, vale la pena destacarlo en atención a reforzar la insistencia en las iniciativas que merecen la pena.
La información que se maneja en una empresa respalda distintos niveles de operaciones: las del día a día y la información estratégica. En ambos casos es importante contar con insumos y métodos para trazar un mapa de ruta.
El tema de la construcción de cadenas de información, la iniciativa se sostiene en tanto se conciba a la competencia no como la lucha por aumentar el propio poder de negociación, sino como la búsqueda de los mejores intereses para todos.
Invitar a la reflexión sobre la dimensión ética de la conducta humana es promover la confianza en que las relaciones humanas, entre las que se encuentran las comerciales, son siempre mejorables en orden a generar un mayor estado de seguridad y bienestar económico y social.